Christmas Nightmare, portada de moda terrorífica

Escaparate de una tienda de estación. Composición al estilo árbol de Navidad con la revista de enero 2013 de Harper´s Bazaar. Comienzo de las vacaciones. Asombro, indignación, negación,  y finalmente… cabreo. Nos adentramos en caminos pantanosos, en resbaladizos escenarios de supuestos “no va más del glamour”.

Consciente de la difícil separación de los límites del consumo de la moda y el respeto medioambiental, el sufrimiento animal o la dignidad laboral, dando vueltas en los círculos “viciosos” de la blogosfera y suspirando por ciertas pertenencias que en el fondo sé que no me darían ni la mitad de felicidad que un bocata de calamares, todavía me quedan resquicios de capacidad crítica y sensibilidad como para separar lo ‘cool’ de lo ‘arggg’. En un defecto de fábrica olvidaron desactivar mi conciencia, lo que en ocasiones me genera severos cortocircuitos.

Pues, me hallaba yo allí (oye), en dicha estación, ante ese árbol de hojas de papel couché, viendo como un montón de abrigos de piel se multiplicaban amenazando con salir de su brillante couché para vengar su macabro origen. Cual mala película de terror, empezaban a dar vueltas sobre un eje imaginario, mientras gotas de sangre cada vez más numerosas teñían de muerte el escenario. Como si la cosa no fuese con ella, Carmen Kass mantenía su erguida pose de bailarina de cabaret que espera impávida las propinas de embriagados admiradores. Y yo, como buena espectadora de película de terror, anticipando la tragedia.

¿Qué hay que hacer o decir para que tomemos conciencia de que llevar pieles de animales criados únicamente para el fin de ser despellejados, en ocasiones vivos, es una barbarie? Realmente ¿estamos todavía programados para el uso de las pieles dado nuestro pasado cavernícola o es un gusto al estilo Cruella de Vil?

Bien miradas ambas fotos, Kass y Cruella son como dos gotas de agua... 

Yo no soy una radical, incluso diría que mi conciencia es laxa (otro fallo de fabricación), porque puedo tolerar el uso de pieles de animales que han sido sacrificados para la alimentación.  Pero que una revista de prestigio lo fomente con regodeo y se atreva a una portada con un abrigo de zorro largo, grueso, ostentoso…  con un ¿Por qué no? (solo faltaba Porque yo lo valgo!). 

El calentamiento global amenazando con derretirnos hasta las pupilas y en Harper´s Bazaar pensando en lo supercool que es llevar animales en forma de abrigo de vedette de la transición. Pues mal empiezan el año, los mayas hablaban del final de un ciclo, espero que este sea el último patinazo del ciclo pasado. Si quieren ventas agudicen el ingenio y ofrezcan algo mejor que la editorial de la señora Kass, que aburre a los pájaros…  al mismo tiempo los atemoriza, a ver si van a ser los próximos en caer...

La historia del escaparate la dejé en la estación, pero me llevé conmigo la escenita que no me he podido sacar de la cabeza hasta ahora, espero que no le haya ocurrido a otros viajeros.

Una vez más se demuestra que la crisis es de ideas, de creatividad y de valores, y mira que no quiero ponerme moralista, pero alguna vez hay que soltarse la melena (como la pelirroja del anuncio) y latigar con la palabra.